9/4/10

CAPITULO .....8

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Cuando ya estábamos en el taxi con dirección a quien sabe dónde, mire por la ventanilla hacia una soleada tarde los niños jugaban en el parque con la vigilancia de sus padres eso me hizo recordar a mi madre ¿qué estaría haciendo ella en este momento? ¿Me estaría buscando o simplemente pensaría que es una clase de fase de rebeldía y que yo volvería a casa en algunos día? Pues si era así que equivocada estaba yo no podría estar cerca de ella hasta que lograra controlar el demonio que llevaba dentro, si eso era, un demonio, Adalia me lo había contado durante las pocas horas que estuve despierta en el vuelo.

Verán mi condición de demonio era un tanto… especial. No soy el demonio pero el demonio está presente en mí obligándome a hacer cosas que yo nunca hubiera podido hacer como comer almas, arruinar la perfecta vida de la primera persona que se me cruzara cuando estuviera de mal humor etc. etc.

Adalia me saco de mis pensamientos cuando me dijo- ya llegamos- y tal y como yo esperaba no pago al taxista simplemente lo miro y como si le hubiese dado una orden este volteo de nuevo su mirada hacia el volante, pero había algo extraño en él su mirada ahora estaba cristalizada como si no tuviera otra opción.

Cuando nos bajamos estábamos al frente de una gran mansión con estilo gótico mire a Adalia con una pregunta en mis ojos
- Aquí vive un viejo amigo- me dijo con una pequeña sonrisa solo en ese instante me pareció que Adalia no era mala, pero luego volvió a su máscara de maldad lo que mi hizo pensar “que estúpida Adalia y buena solo estarían en una oración si en el medio hubiera un no es” dije para mí misma.

Llegamos a la puerta y Adalia toco, luego de unos segundos una mujer como de 32 años, tenía un vestido negro hasta las rodillas con cuello de bebe y en la cadera tenia puesto un delantal inmaculadamente blanco, su cabello era de un castaño rojizo, su piel era tersa con un color moreno muy claro y tenía unos amables ojos cafés.
- Pasen por favor, el señor no se encuentra en casa tuvo que ir a una importante reunión en parís, pero me pidió que las atendiera en todo lo que quisieran y que les enseñara sus habitaciones- dijo ella muy respetuosamente
- Está bien – dijo Adalia con una expresión de indiferencia en su cara ¿es que acaso esta mujer no tenía un poco de amabilidad en sus venas o acaso tenía que inyectársela?
- Muchas gracias – le dije yo de forma muy amable ganándome así una mirada despectiva por parte de Adalia
La mujer me dirigió hasta mi habitación y luego se disculpo- debo buscar a la señorita que la acompaña- se refería a Adalia, debía ir por ella y mostrarle el camino hacia su habitación.

Cuando ella se fue explore mi habitación, era amplia y tenía una enorme cama donde cabrían 6 y estarían muy cómodos, las sabanas se veían muy suaves y las almohadas muy mullidas así que decidí correr y saltar hasta la cama y no sorprendió saber que las sabanas eran súper suaves al igual que el colchón y las almohadas.

Luego de eso seguí ojeando, la habitación tenía un amplio balcón con vista al jardín, el baño era un sueño en la ducha había un cuadro con más de cien opciones para controlar la temperatura del agua, la presión, los jabones, los champús, los aceites y las esponjas de masaje cuando sales, pisas una alfombrilla que se activa para secarte el cuerpo con aire. En vez de luchar con los enredos del pelo húmedo, coloco la mano en una caja que envía una corriente eléctrica a mi cuero cabelludo, de modo que tengo el cabello desenredado, peinado y seco casi al instante. Me cae por la espalda como una cortina lustrosa.

- Wau, creo que me acostumbrare muy rápido a estar aquí- dije para mí misma

Tome una ducha y cuando fui a vestirme me sorprendió ver que en el armario había un montón de ropa de todas las clases ¡y todas de mi talla! Me puse un short verde y una camisa blanca con unas sandalias a juego.
Cuando baje la cena ya estaba lista, había comida para escoger, algunas tenían nombre que no podía pronunciar pero igual estaban deliciosas, ya cuando terminamos de cenar Adalia se acerco y me dijo
- Duerme y descansa mucho.
- ¿Por qué?- le pregunte un poco confundida de verdad estaba cansada y mi plan era descansar, pero igual me causaba curiosidad saber la razón de la petición de Adalia
- Pues porque mañana empezaran tus entrenamientos- dijo muy alegremente
Realmente no sabía de qué demonios hablaba pero decidí dejar el tema para mañana, subí a mi habitación me puse el pijamas y en cuanto mi cabeza cayó en una de esas suaves y mullidas almohadas el sueño me venció.