A la mañana siguiente me despertó la molesta luz que entraba a la habitación por la ventana.
- Juro que deje las cortinas cerradas- musite aun entre dormida.
- Pues si estaban cerradas – me contesto Adalia asustándome por un momento
Me apoye en mis codos y la pude ver dando vueltas por todo mi cuarto metiendo cosas en el armario y sacando otras
- ¿Qué tal dormiste Adalia?- le dije usando un tono muy inocente
- Muy bien ¿Por qué?- respondió muy serena
- Mmm… no por nada- le conteste sarcásticamente
La saque de mi habitación y me propuse a cambiarme, luego baje directo a la cocina ( ayer quede con hambre después de la escenita que tenían esos dos).
Abrí la nevera y lo primero que vi fue lo primero que agarre… leche. La abrí y me puse a tomar directamente del envase, en eso entro angell
- Buenos días-. dijo con el mismo tono calmado que había usado Adalia.
¡¡ ES QUE ME CREEN RETRASADA O QUE ¡¡
- Van a ser buenos angell- .le respondí tranquilamente
Me miro con una cara extraña, yo solo me encogí de hombros le di un último sorbo a la leche antes de ponerla de nuevo en la nevera y me dispuse a salir de la mansión, solo había dado dos pasos fuera cuando vi que había olvidado algo
- Coño el guante – di media vuelta y corrí por las escaleras para buscar el guante que había comprado en una tienda, no es que hiciera frio ni nada, mas bien estaba haciendo bastante calor, pero el tallo de la rosa en mi mano estaba creciendo y enrollándose alrededor de mi brazo así que era mejor ocultarlo.
Cuando tuve puesto el guante me puse a ver si no se me quedaba nada mas, en ese momento mi vista se poso en el enorme balcón, tenía una mesa para desayunar o almorzar al aire libre, una silla para tomar sol y una mesita pequeña para poner revistas o el bronceador y cosas así mientras tomas el sol, pero lo que más atrajo mi atención fue la hermosa vista que tenía desde ahí.
Me acerque lentamente hasta estar recostada en la baranda del balcón y vi hacia abajo en ese momento me entraron unas enormes ganas de saltar y saben sentir un poco de adrenalina y sin pensarlo otra vez me lance se sentía muy bien tener toda esa adrenalina corriendo en tu cuerpo, me sentía genial, me sentía poderosa, yo podía hacer de lo que cualquier persona consideraría un acto suicida un simple juego, justo a unos cuantos metros antes de tocar el suelo salieron de mi dos enorme alas pero note que la del lado derecho era blanca y la del lado izquierdo negra como la noche, eso no me importaba podía volar y disfrutaría de ello luego empezaría a matarme la cabeza con preguntas, pase mucho tiempo volando sin ninguno destino fijo, aterrice suavemente y al instante en que toque el suelo las alas desaparecieron.
Cuando levante la vista pude ver que había llegado al sitio al que anteriormente llamaba hogar, Salí corriendo y subí las escaleras a toda prisa, me quede unos instantes dudando frente a la puerta y cuando finalmente lo hice me encontré con… nada, estaba completamente vacío entre y de una fui a la que antes era mi habitación, en esta todavía se encontraban todas mis cosas y mi cama estaba totalmente como yo la había dejado.
Recorrí todo con la punta de los dedos hasta llegar a una fotografía en la que nos encontrábamos mi madre, Luis y yo toque la fotografía justo donde estaba mi cara
- Me das asco – le dije a mi retrato. En ese momento la foto se empezó a quemar justo desde donde se encontraba la punta de mi dedo.
Salí del edificio, nadie me vio, nadie supo que ya había ido y mucho menos que yo había entrado en mi casa. En ese instante pensé en angell y solo un segundo después el estaba detrás de mi.
- ¿Qué haces aquí?- le pregunte un poco sorprendida.
- Pues me han enviado un pequeño reporte de que mi escogida estaba por aquí allanando algunos apartamentos- dijo un poco divertido, pero su expresión cambio súbitamente al ver que mis ojos ahora estaban totalmente cristalizados debido a las lagrimas contenidas – no llores- me dijo
- ¿Cómo pretendes que no llore si acabo de entrar a mi casa y está completamente vacía como si nadie viviera ya allí y lo único que está totalmente intacto es mi habitación? – hice una pausa para tomar aire y tratar de calmarme- ¿angell mi madre se mudo? ¿Por qué dejo todas mis cosas como si quisiera olvidarse de mí?.
- Debes comprenderla, ella al igual que tu quiere dejar de sufrir, ella cree que tú te suicidaste o algo así por lo de tu amigo- esta ultima la dijo con una cara de asco así que no hizo el efecto de consuelo que yo necesitaba
- Yo la adoro, y quisiera estar con ella, pero es imposible porque Adalia e incluso tu podrían herirla solo para apartarla de mi y eso no es lo que quiero ¿sabes? Nunca le dije que la quería, es decir, todo hijo le dice mami te amo y cosas de esas pero yo simplemente pensaba que eso era demasiado vergonzoso, ahora estoy completamente arrepentida- dije con un tono amargo en mi voz
- Pues no se dé que hablas- me dijo con su voz totalmente fría e indiferente
- ¿Por qué no?
- Pues veras Agatha, yo no tengo sentimientos, nada de lastima o amabilidad y mucho menos amor , y todo lo que hago es por mi propia conveniencia.
